La Historia de Miguel: Construyendo Comunidad a Través de SUN

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Cuando conoces a Miguel, de inmediato te contagia con su dedicación hacia la juventud. Por seis años, Miguel ha trabajado con estudiantes de secundaria, preparatoria y ahora como Coordinador de una Escuela en EPHC.

Miguel comenzó su trayectoria apoyando a jóvenes en secundarias y en una preparatoria alternativa. Allí trabajó con estudiantes que enfrentaban retos académicos y personales, ofreciendo orientación y ánimo cuando la escuela parecía abrumadora. Pero siempre se preguntaba cómo sería apoyar a niños más pequeños, ayudando a moldear sus experiencias en una edad formativa.

Cuando surgió la oportunidad de unirse a EPHC como Coordinador de una Escuela, Miguel no dudo en aplicar. Se alineaba perfectamente con sus metas profesionales y su vida personal como padre de cuatro hijos. Sus propios niños asisten escuelas locales, lo que convierte su trabajo en EPHC no solo en un empleo, sino en una inversión directa en su comunidad.

Una historia que Miguel recuerda con orgullo viene de un programa de Girl Scouts que ayudó a facilitar. Durante esas semanas, la madre de una estudiante falleció, dejando a la niña y a su padre en duelo. Miguel vio cómo la comunidad se unió alrededor de la familia, organizando convivencias, llevando comidas y creando un círculo de apoyo.

“Fue hermoso ver cómo las familias se unieron, no porque alguien se los pidiera, sino porque reconocieron la necesidad. Ese es el poder de la comunidad.”

Miguel también llevó el fútbol a su escuela inscribiendo a los estudiantes en una liga comunitaria donde usaban uniformes donados y competían contra academias locales, muchos de ellos por primera vez. Para estos estudiantes, no se trataba solo del juego. Se trataba de ser vistos, de llevar un uniforme y de saber que pertenecían al campo igual que cualquier otro equipo.

“Para muchas familias, sería imposible pagar las cuotas de la liga y los uniformes. Pero SUN les dio esa oportunidad a estos niños y lo recordarán por el resto de sus vidas.”

Este otoño, Miguel pasará de Wilkes Elementary a Russell Middle School, donde espera cambiar el estigma que algunas familias tienen hacia la escuela. Su visión es clara: construir confianza, integrar a los padres en la comunidad escolar y asegurarse de que los estudiantes vean adultos que reflejan su cultura y su idioma.
Como educador y como padre, Miguel sabe la diferencia que hace cuando las familias participan.

“Cuando los niños ven que sus padres se involucran, se motivan. Les dice que no están solos. Eso es lo que hace este trabajo tan poderoso.”

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